Este set de tazas nace como un pequeño ritual cotidiano: una pausa necesaria dentro de la rutina.
 
Cada pieza, pintada a mano y decorada con un delicado esgrafiado de telaraña en la base, acompaña ese instante en que nos detenemos para recargar energía, cual autómatas de carne que se quedan sin batería.
 
Su diseño alegre, nos invita a reflexionar sobre el sistema que habitamos: jornadas laborales que se alargan, tareas que se acumulan, y esa energía que nunca parece alcanzar.
Estas tazas no solo contienen tu bebida; son una declaración de odio a las condiciones a las que nos encontramos sometidos. 
 
El precio es por unidad.